¡Turista, pase sin miedo que esto ya no es el lejano oeste!
Oye mi broder, parece que por fin San Andrés está saliendo del bajonazo. Después de aguantar el encierro del COVID, el apagón aéreo con aerolíneas y el corre-corre de los hurtos, las islas empiezan a ver la luz al final del túnel… ¡y no es un barco fantasma! Según el coronel James Evelio Totena, comandante de la Policía, el panorama está más despejado que cielo en junio: los homicidios bajaron un 50%, las peleas de pareja un 37% y las lesiones personales un 34%. ¡Milagro de agua salá!
Menos robos, más visitantes con caipiriña en mano
Y eso no es todo, mi gente. El hurto —ese fantasmita que nos tenía asustados— cayó un 44%. O sea, menos manos largas en la playa, menos celulares desaparecidos en el picop y más tranquilidad pa’ que los turistas anden sin cargar la maleta como si fuera chaleco antibalas.
“Tenemos claro que los ambientes turísticos son sabrosos, pero también tentadores pa’ los amigos de lo ajeno. Por eso, nos pusimos las pilas y ahora tenemos más turistas brasileños, chilenos y hasta unos que ni sabemos de dónde son, pero vienen felices”, contó Totena con voz de quien por fin duerme tranquilo.
Del susto al optimismo… ¡pa’ que venga el millón!
Aunque abril trajo su nubecita gris con el fallo del Consejo de Estado que tumbó al gobernador Gallardo, la buena vibra no se ha ido del todo. El turismo se sacudió un poco, pero como buen isleño, se levantó con fuerza. Las proyecciones apuntan a recibir más de un millón de visitantes este 2025.
Así que si usted es turista, bienvenido; y si es local, prepárese pa’ vender, guiar o simplemente disfrutar de que el mar de los siete colores vuelve a brillar no solo por el sol, sino porque San Andrés está más seguro, más bonito y, sobre todo, más listo pa’ la gozadera.