Pelado sorprendió a sus papás manejando el avión rumbo a San Andrés
A la gente le gusta que la sorprendan, pero los papás del piloto Sebastián Osorio se llevaron fue el susto bonito de la vida cuando, en pleno vuelo pa’ la isla, les salió con tremenda confesión por los parlantes: “¡Este es el vuelo más importante de mi vida!” Y no era por turbulencia ni porque venía tormenta… era porque ellos, los duros que lo criaron, iban montados por primera vez como pasajeros de su hijo piloto.
Sí señores, este domingo 4 de mayo, en un vuelo de Latam Airlines con destino a San Andrés, Sebastián le dio un giro inesperado al típico anuncio de “ajústense los cinturones” y soltó un mensaje que hizo que más de uno se limpiara la lágrima con la servilleta del snack.
¡Desde el corazón y directo a la pista!
“Estoy feliz porque llevo en esta cabina a las personas que más amo en el mundo, mis papás William y Luz Marina”, dijo, con voz temblorosa pero segura, el muchacho que más que volar, flotaba en puro amor.
La cosa fue tan bonita que después del aterrizaje, Sebastián salió de la cabina y les entregó flores, mientras los pasajeros, medio confundidos y medio llorando, aplaudían como si acabaran de ganar la Copa América.
¿Y pa’ dónde iban? ¡Pa’ San Andrés, papá!
Lo más lindo es que el vuelo no era a cualquier lado: era a la islita soñada, esa misma que, según el piloto, sus papás siempre quisieron conocer desde que él era un pelaíto que jugaba con avioncitos y soñaba en grande.
Así que nada, Sebastián los trajo en clase amor (porque clase ejecutiva no alcanzaba pa’ tanto sentimiento) y le demostró al mundo que a veces los sueños no solo despegan, también aterrizan con aplausos, flores y un corazón que no cabe en la cabina.
¡Piloto crack, gracias por hacernos llorar bonito! ¿Y el próximo vuelo? Ojalá sea pa’ Providencia con más pañuelitos a bordo.
