Servicio social con casco y manguera: ¡nos montaron la chiva!
¡Ajá, mi gente de sal y viento! Cerca de 40 muchachos de 10° y 11° acabaron su Servicio Social Estudiantil con la Secretaría de Gestión del Riesgo y el Cuerpo Oficial de Bomberos de San Andrés. Estos valientes no estuvieron de paseo: aprendieron a apagar incendios, primeros auxilios, mantener el medio ambiente y hasta manejar espacios confinados… todo en la misma olla del riesgo y la respuesta rápida.
Del salón al campo: 80 horas de pura acción
El comandante Willie Gordon lo dejó clarito: fueron 80 horas de formación teórica en la mañana y práctica al calor del sol en la tarde. Esto no es de pinta: ahora estos jóvenes pueden respaldar a la comunidad cuando suene la alarma . ¡Ese certificado no es solo para el colegio, mano! También sirve pa’ la vida: varios ya lo usan como plus como salvavidas en hoteles, en la U o pa’ que los tengan en cuenta si quieren seguir siendo bomberos de verdad.
Solidaridad que sí pone corazón
El curso no fue solo de mangueras y camisas rojas: también cultivó solidaridad, responsabilidad y sentido de comunidad. Al apagón o a la emergencia, estos jóvenes saben qué hacer y no se quedan petrificados viendo el despelote. Y lo mejor: ya están listos para unirse a la Defensa Civil, Cruz Roja o el SENA si quieren seguir capacitándose y ayudar más.
Más que servicio social: es semilla de futuro
Gordon agradeció a los jóvenes, padres y colegios por confiar en el personal del Cuerpo de Bomberos. Sin duda, estos adolescentes “no solo cumplieron horas, sino que se graduaron como apoyo real pa’ la isla”, puntualizó.
Con esta movida, San Andrés demuestra que hasta los adolescentes pueden ser héroes. Están listos para encender la chispa de la solidaridad… ¡pero solo pa’ apagar incendios!