Aquí no se improvisa, my fren
En el Archipiélago la cosa va en serio. Nada de atender turistas con cara de “yo no fui” o dejar que los visitantes anden más perdidos que cangrejo en carretera. El SENA se puso las pilas esta Semana Santa y salió a reforzar los servicios turísticos pa’ que la isla brille más que el sol en Johnny Cay.
Sí señor, desde ya los pelados del SENA están metidos hasta el cuello en prácticas formativas en hoteles, restaurantes, agencias de viaje y todo lugar donde el turista pone un pie. Porque aquí no se trata solo de vender cocos ni tomarle fotos a los mantarrayas; es brindar atención con calidad, cariño y, por supuesto, con ese toque caribeño que tanto gusta.
Bilingüismo sin enredo: hablamos inglés mejor que el Google
Y si usted cree que por aquí se le va a perder en traducción, le cuento que no. Porque el SENA también sacó pecho con el programa de bilingüismo. Nuestros muchachos ya no dicen “good morning” con pena, sino con acento de aeropuerto gringo. Y todo esto pa’ que el turista se sienta en casa, o mejor, ¡como en el paraíso!
Así que si escucha a un guía diciendo “let me show you the blow hole”, créale. No es carreta, es formación seria, pero con flow.
Turismo con corazón, no solo con bronceador
Esto no es solo por aparentar en temporada alta. Aquí hay compromiso con la cultura, el empleo y el progreso del archipiélago. El SENA no solo entrena a los pelaos pa’ que sepan servir un cóctel o manejar una reserva, también los forma pa’ que se sientan orgullosos de su isla, pa’ que defiendan su identidad y pa’ que no se dejen tumbar del primero que venga a vender humo.
Porque el turismo no puede ser solo negocio, tiene que ser sostenible, respetuoso y bien hecho. Y eso, querido lector, es lo que se está sembrando en esta Semana Santa: formación con sabor a coco, pero con visión a largo plazo.