Un proyecto presupuestario para reabrir el gobierno de Estados Unidos fracasó este miércoles por novena vez en el Senado por falta de acuerdo entre republicanos y demócratas, por lo que la administración federal permanecerá cerrada.
La propuesta, que requería un mínimo de 60 votos a favor, fue rechazada con 51 votos a favor y 44 en contra.
Los republicanos ocupan 53 escaños en la Cámara Alta, por lo que necesitan el voto positivo de al menos siete demócratas.
Cinco senadores no participaron en la votación y, como en otras ocasiones, los demócratas John Fetterman de Pensilvania y Catherine Cortez Masto de Nevada rompieron sus líneas partidistas y apoyaron la propuesta republicana. El senador independiente de Maine, Angus King, hizo lo mismo.
Sin embargo, el senador republicano Rand Paul de Kentucky votó en contra.
El principal problema de las negociaciones.
La iniciativa republicana, que ya fue aprobada por la Cámara de Representantes, busca extender la financiación de la administración federal hasta el 21 de noviembre, pero los legisladores de ambos partidos mantienen el pulso.
El principal punto conflictivo en las negociaciones, que provocó recriminaciones entre ambas partes, fueron los subsidios al programa de atención médica Obamacare, que expiran este año.
Los demócratas quieren ampliarlos y los republicanos los acusan de querer favorecer a los inmigrantes indocumentados, lo que la oposición niega.
Cierre del gobierno durante dos semanas
Esa falta de consenso provocó un cierre del gobierno de dos semanas, a partir del 1 de octubre, dejando a miles de trabajadores públicos sin salario.
Desde que comenzó el cierre, se han reportado 4.100 despidos en varias agencias federales.
Sin embargo, un juez federal de San Francisco ordenó una congelación temporal de los despidos durante el cierre.
Además, este miércoles vence el plazo de pago para más de 1,3 millones de miembros de las fuerzas armadas estadounidenses.
A falta de un acuerdo, el presidente Donald Trump pidió al secretario de Defensa, Pete Hegseth, que utilice los fondos disponibles del Pentágono para garantizar que las tropas cobren sus cheques.



