Los funcionarios estadounidenses dejaron de recibir salarios este viernes por primera vez desde que comenzó el cierre del Gobierno Federal el 1 de octubre, lo que agrava aún más la situación en el país por la posibilidad de interrupción de algunos servicios que se consideran esenciales, como el transporte aéreo.
Una parte significativa de los 730.000 empleados de agencias del gobierno central de Estados Unidos que continúan trabajando porque su trabajo se considera esencial para la seguridad nacional iban a recibir hoy su pago por los días trabajados entre el 5 y el 18 de octubre, según el calendario salarial federal.
Sin embargo, el actual estancamiento político en el Senado para aprobar el presupuesto está impidiendo los pagos a estos trabajadores federales, que recibieron su último cheque alrededor del 10 de octubre.
El director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hassett, recordó hoy en declaraciones a los medios que muchas entidades financieras en EE.UU. ofrecen préstamos al 0% de interés a aquellos funcionarios afectados por el impago y animó a quienes se encuentren en una situación difícil a pedir ayuda a sus supervisores para acceder a estos préstamos.
En peor situación están los aproximadamente 636.000 empleados federales que han sido suspendidos de trabajo y remuneración desde el pasado 1 de octubre hasta que se reabra el gobierno, y poco más de 4.000 que fueron despedidos por la administración de Donald Trump aprovechando el cierre.
No hay solución a la vista
El impago de salarios promete complicar la situación del tráfico aéreo en EE.UU., especialmente en lo que respecta a los controladores aéreos, que ya son escasos en el país.
En la situación actual, un puñado de controladores que deciden tomarse una baja laboral es suficiente para paralizar buena parte del tráfico en el mayor mercado aéreo del mundo.
El ministro de Transportes, Sean Duffy, aseguró hoy en rueda de prensa que ya se están reportando retrasos en algunas regiones e instó a los controladores a continuar presentándose en sus lugares de trabajo.
También acusó al Partido Demócrata de “mantener cautivo al gobierno federal” al insistir en que quiere “proporcionar beneficios de atención médica a los inmigrantes ilegales”.
Este último argumento es el que defienden los republicanos para no ceder ante la exigencia de los demócratas de ampliar los subsidios del Obamacare a cambio de sus votos en el Senado para reabrir el Gobierno.
Por otro lado, el cierre federal afecta al futuro del programa de cupones de alimentos del que dependen unos 42 millones de estadounidenses, y muchos estados advierten que sólo queda dinero para mantener activa la ayuda hasta el 1 de noviembre.


