El líder del golpe de Estado perpetrado este martes en Madagascar, el coronel Michael Randrianirina, ha sido investido este viernes como “Presidente para el restablecimiento de la República de Madagascar”.
Despojado de su uniforme militar y vestido con un traje oscuro, corbata azul y camisa blanca, Randrianirina prestó juramento durante una ceremonia en la sede del Alto Tribunal Constitucional en la capital, Antananarivo.
El coronel es el jefe del Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército (CAPSAT), una poderosa unidad militar de élite que el pasado martes derrocó al presidente Andry Raojelina, quien huyó del país.

Consejo de Gobierno por dos años
El martes, desde el Palacio Ambotsirohitra, sede de la presidencia en la capital, Randrianirina anunció la abolición de la Constitución y la toma del poder en respuesta a la grave crisis provocada por las protestas populares del pasado 25 de septiembre.
El golpe derrocó a Rajoelina, quien huyó del país pero aún se negó a dimitir como exigían las protestas lideradas por jóvenes.
Randrianirina anunció que se creará un consejo compuesto por el ejército, la gendarmería y la policía nacional, al que también podrán incorporarse civiles, y que tendrá un máximo de dos años para “reconstruir los cimientos de la nación”.
También aseguró que “se realizará un referéndum constitucional como parte de este proceso de transición”.
La Generación Z está protestando


El golpe fue recibido con alegría por los manifestantes, pero la comunidad internacional condenó el golpe militar.
La Unión Africana (UA) suspendió el miércoles a Madagascar de todas las actividades de la organización hasta que se restablezca el orden constitucional.
Asimismo, la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC), bloque regional integrado por 16 países, expresó “alarma” por el golpe, que calificó de “grave amenaza” a la paz, la estabilidad y el orden democrático de la nación insular del sudeste africano.
Madagascar atraviesa una profunda crisis desde el 25 de septiembre, cuando estallaron protestas masivas, alimentadas por jóvenes de la generación Z indignados por las constantes reducciones de electricidad y agua.


Las movilizaciones degeneraron en un movimiento antigubernamental que exigía la dimisión de Rajoelin, acusado de corrupción, nepotismo y malversación de fondos públicos, y que se negó a abandonar el poder pese a las presiones en las calles.
Antes del golpe del martes, Madagascar había experimentado tres golpes de Estado desde su independencia de Francia: en 1972, 1975 y 2009.
CAPSAT ya participó en el golpe de 2009 que derrocó al entonces presidente Marc Ravalomanana y permitió a Rajoelina llegar al poder por primera vez. EFE



