El 1 de octubre de 2025 se publicó Patricia Tappatá Valdez y Francisco Cox de la misión internacional independiente para determinar los hechos para Venezuela (MIIDHV), vigente desde el 31 de octubre. Ambas decisiones se deben al debilitamiento operativo del mecanismo debido a graves restricciones presupuestarias.
Estas renuncias, que se producen poco después de la presentación del informe que corresponde al ciclo de septiembre de 2024 a agosto de 2025, revelan la fragilidad de los mecanismos de responsabilidad internacional y su dependencia de los recursos financieros y administrativos adecuados. Miidhv, que se quedó temporalmente con un solo miembro -la presidenta de TI, Marta Valiñas-, presenta dificultades para mantener el ritmo y la profundidad de sus investigaciones, vitales para documentar las graves violaciones de derechos humanos en el país.
Un mandato esencial para las víctimas
Creado en 2019 en el Consejo de Derechos Humanos (ONU) 42/25 de las Naciones Unidas, el MiidHV tiene el mandato de investigar graves violaciones de derechos humanos en Venezuela desde 2014, incluidas ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, torturas y violencia sexual o de género.
Durante 6 años y cuatro mandatos, el MiIDHV ha sido una fuente clave de documentación independiente sobre violaciones sistemáticas de derechos humanos en Venezuela.
En un país donde el sistema judicial carece de independencia y las víctimas no encuentran drogas internas efectivas, el MiIDHV se ha convertido en un medio necesario para preservar la evidencia y la construcción de la verdad sobre los crímenes cometidos.
Su trabajo contribuyó al fortalecimiento del proceso ante la Corte Penal Internacional (CPI), ofreciendo un marco analítico y probatorio que complementa el accionar de la Fiscalía en el caso Venezuela I.
La continuidad y fortalecimiento del MiIDHV son, por tanto, claves para la justicia internacional y para las víctimas venezolanas, cuyo abordaje de la verdad y la reparación depende en gran medida del trabajo independiente de este tipo de mecanismos.
Influencia del déficit presupuestario y la responsabilidad institucional
El informe MiIDHV 2025 advierte que la investigación se vio seriamente influenciada por la crisis financiera de la ONU, que también alcanzó a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (ACNUDH), encargada de brindar apoyo administrativo y logístico al MIIDHV.
De los 11 puestos asignados al MiIDHV, sólo 8 fueron cubiertos y sólo 3 permanecieron activos durante todo el año. En varios períodos, sólo un investigador estuvo en el poder; Asesora de Género trabajó durante 3 meses; Asesor Legal para 5; y el oficial informante apenas 4. Esta incertidumbre estructural ha reducido drásticamente la capacidad de la misión para recopilar, verificar y analizar las pruebas, así como la cantidad de su trabajo.
La situación refleja deficiencias de gestión en la distribución de recursos por parte de la Secretaría General, y especialmente de ACNUDH, que no logró garantizar el apoyo mínimo necesario para que el MiidhV cumpliera su mandato de manera independiente y efectiva. En este contexto, las renuncias de Tappatá y Cox deben entenderse no sólo como un síntoma de agotamiento personal, sino también como una advertencia institucional sobre la sostenibilidad del sistema internacional de investigación de crímenes graves.
¿Y eso a ti, venezolano, cómo te afecta?
El debilitamiento de una misión internacional independiente para determinar los hechos para Venezuela es una victoria indirecta para la impunidad. Sin un apoyo financiero y político duradero, el mecanismo podría ver su credibilidad y el impacto de la capacidad de los países en peligro.
Por lo tanto, corresponde a los Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos y al ACNUDH adoptar medidas directas para asegurar los recursos necesarios y garantizar un ambiente de trabajo estable. De lo contrario, los avances logrados en la documentación de la situación en Venezuela y la búsqueda de justicia podrían verse erosionados.



