Militares de la poderosa unidad de élite anunciaron este martes que tomaron el poder en Madagascar, un golpe de estado que se produce en respuesta a la grave crisis de protestas populares que sacuden al país desde el pasado 25 de septiembre y que los estados apoyaron el pasado fin de semana.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes de la llamada ‘generación Z’, pidieron la dimisión del presidente malagueño, Andry Rajoelin, quien este lunes sugirió que había entrado en la autoexpresión en un “lugar seguro” para proteger su vida.
Un día después, fue derrocado por el ejército, aunque antes de Riot Rajelin emitió un decreto que desmoronó la Asamblea Nacional (Donji Parliament House), que a su vez consideró inválida la orden y puso fin a la votación a favor de la destitución del presidente.
Estas son las claves para entender la crisis política y social que vive este estado insular africano del Océano Índico, que es uno de los países más pobres del mundo, a pesar de destacarse como uno de los principales productores de vainilla:
1. Desencadenante: protestas contra la electricidad y el corte de agua.
El país vive un momento de incertidumbre institucional, que comenzó el 25 de septiembre con multitudinarias protestas populares de jóvenes de la ‘generación Z’, que expresaron su enojo por la constante reducción de luz y agua.
Las protestas llevaron a pedir el fin del Gobierno de Rajoeline, de 51 años, que ha sido acusado de corrupción sistemática, nepotismo y malversación de recursos públicos.
Inspiradas en las recientes movilizaciones de la ‘generación Z’ en países como Marruecos, Kenia o Nepal, estas protestas son las peores que ha vivido el país en años.
La represión de la protesta por parte de las fuerzas de seguridad malgaches ha dejado hasta el momento al menos 22 muertos y centenares de heridos, según datos de Naciones Unidas.
2. Apoyo repentino del ejército a las manifestaciones.
La situación cambió bruscamente el pasado fin de semana después de que el Estado Mayor del Cuerpo y Servicios Militares (Capsat), unidad de élite que controla la logística militar, invitara a “no respetar” ninguna orden de disparar contra civiles y afirmara tener control sobre las Fuerzas Armadas.
Los tanques se unieron a los miles de manifestantes que salieron a las calles de la capital, Antananarivo.
El domingo, la Presidencia ya negó un intento de golpe de Estado tras confirmar el apoyo militar a los manifestantes.
3. Consumir un golpe de estado.
Capsat anunció este martes la suspensión de la Constitución y de los poderes enredados y anunció el período máximo de transición política de dos años.
“Asumiremos nuestras responsabilidades, asumiremos el poder”, dijo a los medios el líder de Capsat, el coronel Michael Randrianurina, en el Palacio Ambotsyirohitra, sede de la Presidencia.
El Alto Tribunal Constitucional de Madagascar pidió al líder del golpe que asumiera la función de jefe del Estado.
Capsat, con sede en Soanierana, en las afueras de la capital, ya participó en la huelga estatal de 2009, que derrocó al presidente Marc Ravalmanan y permitió a Rajelina llegar al poder por primera vez.
4. El misterio del presidente acomodado.
“Para preservar mi integridad física y escapar del conflicto entre las Fuerzas Armadas de Málaga tuve que ir a un lugar seguro”, dijo Rajoelina en un vídeo publicado el lunes en la red social Facebook, sin precisar un lugar, pero dando a entender que escapó del país.
Según Radio Francia Internacional (RFI), el presidente abandonó el país el domingo en un avión militar francés, después de viajar por primera vez a Santa María y luego a la isla de Reunión (territorio francés), antes de dirigirse a otro destino, probablemente a Dubái, junto con su familia.
5. Llamados al diálogo de la comunidad internacional en vano.
En los últimos días, la Unión Africana (UA) y fuerzas regionales como Sudáfrica han invitado a las partes a comprometerse al diálogo para resolver la crisis y rechazar “cualquier cambio de poder inconstitucional”.
Sin embargo, esta presión diplomática no fue suficiente para evitar un golpe. Efe