
Ataques en el Océano Pacífico
21 de octubre: Se hizo de conocimiento público el octavo ataque a un barco presuntamente vinculado al narcotráfico, pero fue el primero en aguas del Pacífico, frente a las costas de Colombia, dejando dos muertos.
22 de octubre: Hegseth anuncia el noveno ataque a un barco, el segundo en el Pacífico y cerca de aguas colombianas. El ministro de Guerra aseguró que los ataques continuarán y reforzó la retórica de Trump, que ya ha insinuado la posibilidad de trasladar estos bombardeos a zonas terrestres, sin especificar dónde.
Reacciones a los ataques a barcos.
Tanto el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela como el gobierno de Gustavo Petro en Colombia han condenado los ataques a los barcos como asesinatos y ejecuciones extrajudiciales.
Algunas organizaciones no gubernamentales (ONG), como Amnistía Internacional y Provea, también han cuestionado las acciones de Estados Unidos como una violación del derecho internacional.
La organización no gubernamental venezolana destacó que los cuestionamientos sobre estas operaciones fueron alimentados, entre otras cosas, por la poca información proporcionada por la administración. la casa blanca sobre víctimas y pruebas de transporte de drogas.
“Estos hechos constituyen violaciones claras y socavan el ámbito del derecho en el que el uso indiscriminado de fuerza letal contra civiles podría estar justificado. Estos ataques pueden clasificarse como ejecuciones extrajudiciales”.Provea indicó el 26 de septiembre.
Por su parte, Trump insiste en la defensa de que los ataques realizados por su país a barcos en el Mar Caribe y el Océano Pacífico fueron para impedir el transporte de drogas a Estados Unidos.
“Los demócratas de izquierda radical dijeron que sólo estaban pescando. Bueno, los submarinos no pescan, ¿verdad? Tú sabes más sobre submarinos que yo”.lanzado en el portaaviones USS George Washington, Base Naval de Yokosuka, el 28 de octubre.
El líder republicano ha insistido en que las fuerzas estadounidenses están destruyendo barcos de narcotráfico que transportan suficiente cantidad para matar a 25.000 estadounidenses por sobredosis.
Si bien continúan los ataques, persisten las sospechas sobre ataques a embarcaciones en aguas internacionales debido a la poca información oficial sobre las víctimas y evidencia que las vincule con el narcotráfico.


