Alianza para proteger el litoral insular
Una nueva jornada ambiental en el sector de Los Almendros reafirmó el compromiso del Archipiélago con la protección de su borde costero. En coordinación interinstitucional, el Grupo Aéreo del Caribe de la Fuerza Aeroespacial Colombiana y la autoridad ambiental CORALINA adelantaron la siembra de 70 palmas en puntos estratégicos de la línea de playa. El objetivo es claro: recuperar cobertura vegetal, estabilizar suelos y mitigar la erosión que, en los últimos años, ha presionado la infraestructura vial, los balnearios y los asentamientos cercanos al mar.
Beneficios ecológicos y sociales de la reforestación
La palma cumple una función clave como barrera viva frente a la acción del oleaje y los vientos alisios, ayudando a fijar sedimentos y a frenar el retroceso de la playa. Al mismo tiempo, crea microhábitats para aves e insectos, mejora el confort térmico con zonas de sombra y embellece el paisaje, un factor esencial para la competitividad turística de San Andrés. A ello se suma el componente educativo: cada jornada convoca voluntariado y sensibiliza a residentes y visitantes sobre la corresponsabilidad en el cuidado del litoral, desde no extraer arena hasta evitar el tránsito de vehículos sobre la playa y respetar las áreas de nueva siembra.
Hoja de ruta: mantenimiento, monitoreo y expansión
El éxito de estas acciones depende del mantenimiento posterior. Por eso, el plan contempla riego inicial, reposición de individuos que no prendan y control de malezas, además del seguimiento técnico para evaluar la tasa de supervivencia y el desempeño como cortina rompevientos. En paralelo, se priorizarán más tramos vulnerables del borde marino para replicar el modelo con especies nativas y criterios de restauración ecológica costera. La apuesta es construir un cinturón verde que proteja la franja costera, complemente las obras grises y aporte resiliencia frente a eventos extremos asociados al cambio climático.
La siembra en Los Almendros envía un mensaje contundente: la seguridad del territorio también se defiende cuidando su patrimonio natural. Con alianzas públicas, apoyo comunitario y ciencia aplicada, San Andrés avanza hacia un manejo costero integral que protege la vida, el paisaje y la economía local.