Intervenciones para proteger playas, manglares y arrecifes
San Andrés, Providencia y Santa Catalina avanzan en una agenda ambiental enfocada en reducir la erosión costera, mejorar la calidad del agua y fortalecer los ecosistemas que sostienen la vida marina. En coordinación con autoridades ambientales, academia, sector turístico y organizaciones comunitarias, se ejecutan labores de reforestación con especies nativas en franjas de playa y bordes de manglar; estabilización de suelos con barreras vivas; y mantenimiento de drenajes pluviales para evitar que los arrastres terminen en la laguna y el arrecife.
Paralelamente, equipos técnicos realizan monitoreo de pastos marinos y zonas de arrecife, midiendo cobertura, presencia de macroalgas y temperatura superficial, indicadores clave para anticipar eventos de estrés térmico. La meta es sostener servicios ecosistémicos—protección de la línea de costa, hábitat para fauna y captura de carbono azul—que son estratégicos para la resiliencia del Archipiélago y la sostenibilidad del turismo.
Alianzas locales para una gestión participativa y efectiva
El plan operativo incluye mingas de limpieza en playas y esteros, retiro de residuos voluminosos, y campañas de educación para reducir plásticos de un solo uso en comercios y embarcaciones turísticas. Hoteles, operadores náuticos y clubes de buceo se suman con protocolos de buenas prácticas: puntos de separación en la fuente, logística de aprovechamiento, y capacitación de tripulaciones sobre fondeo responsable y navegación en áreas sensibles.
A nivel comunitario, se fortalecen brigadas juveniles y escolares con expediciones interpretativas, talleres sobre economía circular y viveros de plantas costeras. Esta articulación permite escalar acciones, compartir datos y priorizar sitios críticos donde la presión del oleaje, la escorrentía o el tránsito turístico requieren manejo especial.
Hoja de ruta: prevención, seguimiento y cultura ciudadana
La estrategia contempla tres frentes: i) prevención—ordenamiento de usos en playa, control de vertimientos y mantenimiento de desagües; ii) seguimiento—monitoreo periódico con indicadores comparables; y iii) cultura ciudadana—campañas continuas para visitantes y residentes.
Las autoridades invitan a respetar zonas de restauración, evitar el pisoteo de pastos marinos, no extraer fauna ni flora, y reportar puntos con residuos o erosión inusual. Con acciones consistentes y corresponsabilidad social, San Andrés consolida una defensa ambiental basada en ciencia, participación y resultados medibles, protegiendo el mar de los siete colores y el bienestar de las comunidades que dependen de él.