Nuevos estudios fortalecen la protección de los pastos marinos en San Andrés

Nuevos estudios fortalecen la protección de los pastos marinos en San Andrés
Facebook
Threads
WhatsApp
X

Monitoreo científico en Old Point y Cotton Cay

La Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente, en articulación con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), avanza en una campaña de monitoreo sobre pastos marinos en el manglar de Old Point y en Cotton Cay. Estas praderas submarinas, esenciales para la biodiversidad y la estabilidad costera, están siendo evaluadas para conocer su estado actual y orientar medidas de manejo. La jornada se enmarca en el proyecto “Ecosistemas Resilientes”, cuyos acuerdos formales están próximos a firmarse, pero que ya activó salidas de campo con acompañamiento técnico de Coralina. 

Qué se mide y por qué importa

El equipo científico enfoca su trabajo en variables de condición ecológica —cobertura, salud de las hojas, fauna asociada— y en el papel de las praderas como sumideros de carbono, además de caracterizar la diversidad de especies que habitan estos hábitats. Con ello, se busca construir una línea base robusta para diseñar medidas de conservación y modelos de conectividad a escala de paisaje, claves para la restauración del ecosistema en el Archipiélago. En territorios insulares con alta presión turística y vulnerabilidad climática, la información de calidad es el primer paso para tomar decisiones públicas efectivas. 

Un enfoque integral: manglares, residuos y economía circular

El proyecto no se limita a los pastos marinos. Incluye un diagnóstico de manglares en San Andrés y Providencia, así como componentes de residuos sólidos y economía circular, entendidos como factores que inciden directamente en la salud de los ecosistemas costeros. La premisa es abordar las presiones acumuladas —basuras, vertimientos, cambios en el uso del suelo— de forma integrada, de modo que las acciones de conservación no se vean neutralizadas por problemas de manejo urbano y turístico. 

Capacidades locales y adaptación al clima

Además del levantamiento de datos, la iniciativa busca fortalecer capacidades comunitarias mediante monitoreo participativo y educación ambiental, apostando por guardianes locales que den seguimiento a los cambios en las praderas y los manglares. Este componente social es esencial para aterrizar la adaptación al cambio climático: cuando pescadores, operadores turísticos y residentes conocen las funciones de los pastos marinos —crianza de peces, amortiguación del oleaje, captura de carbono—, es más probable que se sumen a prácticas responsables y respalden medidas de control y restauración. Con ciencia, gestión y comunidad alineadas, San Andrés consolida un camino de resiliencia ecosistémica que protege su patrimonio natural y el bienestar de sus habitantes. 

Noticias relacionadas