La Fundación Providence abrió convocatoria para integrar el equipo comunitario de Prevención y Acción ante Desastres en Providencia y Santa Catalina, bajo el modelo internacional CERT50 (Community Emergency Response Team). La iniciativa busca robustecer la resiliencia local con ciudadanos formados para apoyar la preparación, la educación pública y las primeras acciones operativas cuando se presentan riesgos o emergencias en el territorio insular.
¿Quiénes pueden postularse?
El llamado está dirigido a mayores de 18 años que residan en el Archipiélago y cuenten con tarjeta de residencia vigente. Más que títulos, la convocatoria privilegia las ganas de aprender, la disposición para servir y el compromiso con la seguridad colectiva. Se trata de un voluntariado estructurado, con reglas claras y trabajo en equipo, pensado para complementar —no sustituir— la labor de las autoridades de gestión del riesgo y socorro.
Formación y roles
Quienes ingresen recibirán capacitación básica en primeros auxilios, manejo de emergencias y comunicación en crisis; además, podrán integrarse a comisiones especializadas según sus habilidades (logística, comunicaciones, apoyo psicosocial, entre otras). El enfoque es práctico: dotar a la comunidad de herramientas concretas para actuar con criterio y coordinación durante eventos de origen natural o antrópico, desde tormentas y marejadas hasta incidentes urbanos.
Cómo inscribirse y canales de información
Las personas interesadas deben diligenciar el formulario en línea habilitado por la Fundación Providence y mantenerse informadas a través de sus canales oficiales en Facebook e Instagram. Estos puntos de contacto concentran los detalles operativos, cronogramas de entrenamiento y llamados a servicio comunitario.
Por qué importa para el Archipiélago
En un departamento expuesto a ciclones tropicales, erosión costera y eventos de alta sensibilidad ambiental, consolidar capacidad comunitaria organizada es crucial. Programas como CERT50 ayudan a cerrar la brecha entre la primera señal de alerta y la llegada de los equipos profesionales, mejorando la autoprotección y la coordinación con el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo. Sumarse al equipo no solo fortalece la preparación del barrio o vereda: también teje confianza entre vecinos y promueve una cultura de prevención coherente con la vocación de territorio insular y Reserva de Biosfera.



