Gestión responsable de residuos en la isla
La Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente avanza en su compromiso por transformar los residuos de San Andrés en energía limpia, contribuyendo al cuidado ambiental y al bienestar de la comunidad. El trabajo constante en la gestión diferenciada de desechos busca no solo mejorar la calidad de vida de los habitantes, sino también proteger los frágiles ecosistemas del archipiélago.
En este proceso, la separación desde los hogares es clave. Los residuos aprovechables incluyen el cartón, el papel y los orgánicos, que pueden ser procesados para generar energía y compostaje. Por otro lado, los no aprovechables, como el vidrio, la cerámica, las latas y la porcelana, no son aptos para la planta de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), por lo que requieren un manejo distinto para evitar afectaciones en el sistema.
La importancia de separar en casa
Separar correctamente los residuos es una práctica sencilla que marca la diferencia en la sostenibilidad del archipiélago. Cada familia que clasifica desde su hogar está aportando a que menos materiales terminen en los rellenos, reduciendo la contaminación y aumentando la eficiencia de los procesos de aprovechamiento.
Además, esta acción ayuda a prolongar la vida útil de la planta RSU y a optimizar los recursos disponibles para la transformación de residuos en energía, un aporte esencial para avanzar hacia un modelo de economía circular en la isla.
Compromiso con la Reserva Seaflower
El llamado es claro: cada acción cuenta. Mantener la Reserva de Biosfera Seaflower libre de contaminación es una tarea colectiva, donde la disciplina en la separación de residuos se convierte en una herramienta para garantizar un futuro más limpio y sostenible.
Las autoridades locales invitan a la comunidad a sumarse a este esfuerzo, entendiendo que la conservación del entorno natural no es solo una obligación institucional, sino una responsabilidad compartida entre todos los habitantes y visitantes.
Con pequeños cambios en los hábitos diarios, San Andrés puede seguir consolidándose como un modelo de turismo responsable y protección ambiental en el Caribe colombiano.



