Uno de cada seis colombianos sigue en pobreza energética, según mide Promigas

Uno de cada seis colombianos sigue en pobreza energética, según mide Promigas
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Promigas y Fundación Promigas presentaron este 18 de noviembre en Cali la nueva edición de Impe, una herramienta desarrollada en colaboración con Inclusion SAS para medir la acumulación de privaciones que impide a los hogares realizar actividades básicas mediadas por el uso de energía.

Según el informe, En 2023, la pobreza energética ascendía al 16,1% (8,4 millones de personas). Durante 2024 disminuyó a 15,4%, lo que significa que más de 300.000 colombianos han superado este requisito. Pese a ello, todavía hay alrededor de 8,1 millones de personas en el país con dificultades para acceder a servicios y condiciones energéticas adecuadas.

Desventajas regionales: áreas críticas y territorios con avances

Impe muestra marcados contrastes entre regiones. Bogotá (1,4%), Quindío (2,9%), Valle del Cauca (3,5%) y Risaralda (4,6%) presentan bajos niveles de deficiencia energética.

En el extremo opuesto, departamentos como Córdoba (45%), Chocó (52,8%), La Guajira (63,1%) y Vaupés (86,5%) registran los mayores atrasos, lo que refuerza la necesidad de intervenciones diferenciadas.

Declaraciones y hoja de ruta

Para Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas, el Impe permite entender no sólo los retrasos energéticos, sino también posibles caminos para abordar estas deficiencias.

“Impe es más que una métrica: es una hoja de ruta para transformar vidas y cerrar brechas históricas; es un mapa de navegación para los gobernantes”.

El informe afirma que, Si se mantiene el ritmo actual, con alrededor de 300.000 personas saliendo de la pobreza energética cada año, el país no alcanzaría el objetivo de un solo dígito hasta 2034. Por ello, esta edición propone un plan para acelerar ese objetivo de aquí a 2030.

El documento propone cuatro acciones principales para reducir el número de personas en pobreza energética en aproximadamente un 40%, o alrededor de 2,9 millones de personas:

  1. Restaurar y mejorar la calidad del servicio eléctrico en zonas donde se ha deteriorado..
  2. Avanzar en el Plan Nacional de Reposición de Leña.
  3. Ampliar la dotación de electrodomésticos básicos y dispositivos educativos y de comunicación en los hogares.
  4. Acceso garantizado a la electricidad. en todas las escuelas del país.

Rojas advirtió que Incluso si se cumple el objetivo de 2030, miles de familias seguirán enfrentando limitaciones energéticas.

“Si logramos el objetivo de reducir la pobreza energética a un solo dígito para 2030, alrededor de 5,1 millones de personas seguirán viviendo en esta situación. Por lo tanto, es urgente implementar políticas claras y de largo plazo a partir de ahora, ya que el desarrollo no permite atajos”, señaló.

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