La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) explicó los riesgos identificados en la integración entre Tig y Movistar y las condiciones que ambas empresas deben cumplir si quieren seguir adelante con la operación.
El titular de Cielo Rusinque aseguró que el análisis técnico permitió determinar que, si bien en la mayoría de los 19 mercados evaluados la competencia no se verá afectada, se encontraron riesgos relevantes en cuatro segmentos: dos relacionados con servicios móviles y dos con servicios fijos.
Ahorros proyectados y promesas de mejora
Rusinque dijo que la integración liberará recursos para fortalecer el servicio. “Los resultados de estos ahorros nos permitirán aumentar la calidad del servicio y la cobertura en áreas que actualmente están desatendidas”, afirmó. Según el directivo, estos efectos podrían suponer “mejores condiciones de precio y calidad para los usuarios” y una mayor capacidad de competir con el mayor operador.
Añadió que los beneficios están en línea con las políticas para cerrar las brechas digitales y desplegar 5G.
Riesgos en las redes móviles: precios, acceso y competencia
La SIC ha identificado riesgos en el mercado mayorista de roaming automático nacional (RAN) y en el acceso a operadores móviles virtuales (OMV). Rusinque explicó que una empresa integrada puede cambiar las condiciones actuales:
“Con la materialización de la integración, puede existir el riesgo de que la integrada incremente las tarifas que cobra por el uso de sus redes”, puntualizó.
Este incremento afectaría directamente a operadores como WOM, que utiliza la red de Tigo para garantizar el servicio en varias zonas, y a OMV como Virgin, que dependen de contratos con Tigo y Movistar. El directivo advirtió que un aumento de los precios mayoristas aumentaría los costes de los competidores y empeoraría su oferta comercial respecto a la integrada.
En el mercado minorista de telefonía, internet y mensajería móvil, la SIC también advirtió sobre el riesgo de coordinación entre Clara y la nueva empresa fusionada. “Los grandes actores podrían coordinar estrategias destinadas a influir en los operadores más pequeños”, advirtió Rusinque, especialmente mediante la fusión de servicios fijos y móviles.
Condiciones para el control del impacto.
La SIC impuso medidas especiales para impedir la realización del riesgo. En el caso de RAN, la empresa integrada deberá ofrecer tarifas WOM con descuentos entre el 12,5% y el 24,3% respecto a los valores actuales. “Este beneficio se obtendrá desde el momento en que se produzca la integración”, afirmó Rusinque.
Para los OMV con acuerdos de precios, la empresa integrada deberá aplicar descuentos entre el 11% y el 46%. Se deben mantener los términos actuales en los acuerdos de reparto de ingresos y se deben eliminar las cláusulas que afectan la dinámica competitiva. “Una empresa integrada debe eliminar cláusulas que amenacen el funcionamiento efectivo de la competencia”, afirmó.
En el escenario minorista, la SIC prohibió a la integrada dirigir campañas u ofertas hacia operadores más pequeños y ordenó que en las facturas de servicios paquetizados se desglose el valor individual de cada servicio. Según Rusinque, estas medidas buscan “reforzar los incentivos para que la empresa integrada cree presiones competitivas sobre el operador dominante y no sobre el más pequeño”.
Lo que queda en manos de la integrada
El titular destacó que el cumplimiento de las condiciones será determinante para que la operación no afecte a los usuarios ni reduzca la competencia. Si bien la integración promete eficiencia y mayor cobertura, los riesgos identificados requieren un seguimiento estricto. Se verán favorecidos los terceros, pero sobre todo los usuarios en términos de calidad, cobertura y precio, concluyó.
