El candidato de derecha resulta ganador de la primera segunda vuelta en la historia de la democracia boliviana, resultado que le sitúa ante varias tareas urgentes. En medio de una inflación disparada, una escasez de combustible sin precedentes y una sociedad fracturada que se refleja en la distribución del poder en el parlamento, Paz tendrá que buscar alianzas dentro y fuera del país para gobernar.
Rodrigo Paz es el nombre del nuevo presidente de Bolivia. Un perfil que de repente se coló en la segunda vuelta presidencial y logró volver a imponerse, con más del 54% de los votos según el conteo preliminar oficial al derechista Jorge ‘Tuto’ Quiroga. Su victoria es histórica ya que pone fin a dos décadas de gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS).
Y Bolivia no es sólo un país dividido por la mitad como el electorado que acudió a las urnas el 19 de octubre, sino en fragmentos mucho más pequeños que incluyen seguidores del Movimiento al Socialismo, progresistas descontentos con el movimiento de este partido, factores autóctonos y una orgullosa autonomía departamental.
“Nosotros como aymaras no tenemos representante, pero estamos aquí para emitir nuestro voto y elegir soberanamente”, aclaró en declaraciones a la agencia EFE Víctor Yanarico, elector de la etnia que constituye 1,5 millones de habitantes de Bolivia.
🚨🇧🇴 | #URGENTEMENTE Rodrigo Paz supera a Tuto Quiroga y gana las elecciones en Bolivia: es el primer no izquierdista en Bolivia desde 2006, tras casi 20 años de socialismo pic.twitter.com/rCooyRfOay
— Ticavisión (@Ticavisioncr) 20 de octubre de 2025
Yanarico no se siente representado por ninguno de los dos candidatos del 19 de octubre, pero tampoco por la izquierda en el poder: “Estamos sufriendo por un gobierno que elegimos mal”.
Para Rodrigo Paz, cumplir las promesas de campaña de romper con el populismo pasa por honrar los compromisos con los sectores más desfavorecidos.
Muchos votantes de clase popular rechazaron el despilfarro y la corrupción de 19 años de gobiernos de izquierda, pero eso no significa que aceptaron las medidas de austeridad impuestas por la severa crisis fiscal.
Después de todo, el hecho de que el MAS fuera eliminado en la primera vuelta de las elecciones generales estuvo marcado por divisiones internas. Facciones vinculadas a Evo Morales y Luis Arce apoyaron a dos candidatos diferentes, mientras que el expresidente y dirigente Coca promovió el voto blanco como forma de protesta contra el bloqueo a su candidatura.
El desastre económico como motor del cambio
Bolivia enfrenta su peor inflación en años. La tasa interanual mostró el mes pasado una suba de precios del 23%, porcentaje sólo superado por los invictos de Venezuela y Argentina, y el más alto desde 1991.
Ese es sólo un componente de la tormenta perfecta que golpea a la economía boliviana, que también incluye una escasez crítica de dólares estadounidenses. Con menos dólares disponibles, las importaciones disminuyen, la inflación aumenta y es más difícil para el gobierno mantener una política de subsidios a los productos básicos.
Uno de estos bienes es el combustible. Cayó la importación de diésel necesario para la maquinaria agrícola, lo que se refleja en el aumento del precio de los bienes producidos en el campo.
Además, el agotamiento de los suministros y la falta de inversión han provocado una crisis energética en un país que hasta hace poco era conocido como una potencia de gas.
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Fuente: Francia 24
Quién es Rodrigo Paz, el nuevo presidente de Bolivia (y qué dijo de Chile https://t.co/p63pqrzwvG
— Cristian Bofill (@cbofillr) 20 de octubre de 2025



