Exploraciones y hallazgos en la Expedición Seaflower 2025

Exploraciones y hallazgos en la Expedición Seaflower 2025
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Un esfuerzo interdisciplinario bajo el mar isleño

La Expedición Seaflower 2025 entró en su fase final dejando resultados que alimentan la memoria histórica del Archipiélago y fortalecen la investigación del patrimonio cultural sumergido. Un equipo interdisciplinario —con arqueólogos, antropólogos y técnicos— realizó inmersiones planificadas en varios puntos del maritorio, combinando relatos de la comunidad mayor con herramientas de última generación como sonares y detectores de metales para ubicar posibles vestigios de corsarios, galeones y batallas navales que, según la tradición oral, reposan en los fondos insulares. 

Metodología, tecnología y escucha comunitaria

La estrategia integró tres pilares: 1) trabajo con pescadores artesanales para triangular testimonios y ubicaciones recurrentes; 2) prospección con instrumentación acústica y magnetométrica ligera para priorizar zonas; y 3) registro in situ con fotografía y video para documentar cada indicio sin alterar el contexto. En este marco, las búsquedas se concentraron en el suroccidente de San Andrés, donde las inmersiones reportaron la localización de un objeto que, a primera vista, corresponde a una bala de cañón en poca profundidad, cuidadosamente marcada y georreferenciada para su análisis posterior. 

Criterios de conservación y próximos pasos

Los especialistas subrayan que cualquier intervención debe ser conservacionista: la manipulación inadecuada puede comprometer piezas que el mar ha preservado por décadas o siglos. La línea técnica recomienda mantener los hallazgos en su “morada acuática” mientras avanzan estudios, con la mira puesta en identificar otros elementos asociados (más balas, cañones u objetos de la época) y construir un inventario que oriente futuras acciones de conservación y divulgación. La antropóloga y arqueóloga Sisley Chow destacó la trascendencia del indicio y el compromiso de continuar explorando “huellas históricas del pasado insular” con protocolos rigurosos. 

Valor cultural y educativo para la isla

Más allá del hallazgo puntual, la expedición consolida un modelo de colaboración entre ciencia y saberes locales que refuerza la identidad del territorio Seaflower. Documentar y conservar estos rastros del pasado no solo enriquece la historia marítima de San Andrés; también abre oportunidades para la educación patrimonial, el turismo cultural responsable y la construcción de una narrativa isleña sustentada en evidencia. La continuidad del proyecto permitirá mejorar mapas de riesgo, protocolos de manejo y líneas de investigación para futuras temporadas. 

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