Turismo receptivo en San Andrés y Providencia: novedades y retos

Turismo receptivo en San Andrés y Providencia: novedades y retos
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Capacitación binacional del archipiélago con participación récord

La Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (ANATO), capítulo San Andrés, lideró en ambas islas la jornada “Nuevos retos del turismo receptivo”, con asistencia histórica de actores del sector. La agenda se desarrolló en San Andrés y en Providencia, y tuvo por objetivo actualizar a agencias, guías, alojamientos y operadores náuticos sobre tendencias, requisitos y estándares para elevar la competitividad del destino. 

La convocatoria fue respaldada por comunicaciones institucionales y gremiales que destacaron la alta asistencia y el enfoque práctico de la sesión, con énfasis en herramientas comerciales y de gestión para la temporada alta. 

Los ejes críticos: seguridad, formalización y conectividad

Entre los desafíos priorizados por el gremio están la seguridad del viajero, la lucha contra la informalidad y la mejora de la conectividad aérea y marítima. ANATO ha insistido en que, para sostener el flujo y la calidad del turismo, se requiere una gobernanza sectorial más robusta, información estadística oportuna y políticas que favorezcan rutas y tarifas competitivas; asuntos que impactan de forma especial a territorios insulares como San Andrés. 

En paralelo, se subrayó que la informalidad sigue siendo el mayor dolor del destino: afecta la calidad del servicio, eleva riesgos para los visitantes y erosiona la sostenibilidad del territorio. El llamado fue a fortalecer el Registro Nacional de Turismo (RNT), impulsar controles y acelerar programas de capacitación y reconversión empresarial. 

Innovación comercial y sostenibilidad como palancas

La jornada promovió el uso de marketing digital, venta consultiva y alianzas entre proveedores para crear experiencias con valor agregado (naturaleza, cultura raizal y gastronomía). A la vez, se reforzó la necesidad de operar bajo criterios de sostenibilidad y accesibilidad, alineados con la condición de Reserva de Biosfera Seaflower y la expansión de áreas marinas protegidas en el Caribe colombiano, lo que implica ajustar prácticas náuticas, cupos y educación al visitante. 

Qué sigue para el destino

El balance dejó tareas concretas: (1) articular sector público–privado para seguridad y control a la oferta informal; (2) avanzar en conectividad y señalética inteligente; (3) profesionalizar guianza y excursiones marino-costeras; y (4) medir satisfacción del visitante para decisiones basadas en datos. Con ello, el archipiélago busca que el turismo receptivo sea motor de empleo y de cuidado del patrimonio natural y cultural.

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