Saberes con certificado: Cultura y SENA ponen a lucir al talento isleño

Saberes con certificado Cultura y SENA ponen a lucir al talento isleño
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¿Pa’ qué aprender si ya sabe? Pa’ que lo reconozcan, mi llave

¡Ay, mi gente de San Andrés y Providencia! Resulta que la Secretaría de Cultura, en modo visionario, decidió aliándose con el SENA, que no solo enseña a arreglar motores, ahora también certifica bailes, comida y artesanía. ¿Pa’ qué seguir siendo “el que sabe pero no lo valida”? Esto es pa’ echar en cara que aquí el conocimiento se hereda, se siente y ahora… se certifica.

Cocina, danza y artesanía: no es cháchara, es oportunidad

Así que si usted es esa tía que cocina rondón de sabiduría o ese compa que mueve el cuerpo en cuadrille sin manual, esta convocatoria es pa’ usted. Evaluación gratuita y certificar lo que ya trae en las venas. Sabe, porque lo aprendió de la bisabuela, más que en un salón de clase.

Y no es por presumir, pero tener ese papelito le abre puertas: mejores contratos, eventos pagados y reconocimiento formal. Aquí no estamos solo con el orgullo de lo propio, sino con el peso legal pa’ que lo que sabe tenga valor… y las lucas vengan por mano de obra cultural.

De saber empírico a perfil laboral fortalecido

Imagínese: antes nadaba de evento en evento gratis. Ahora llegan los pagos sabesmile invitándole a certificar competencias en danza, cocina y artesanía. El punto viene ligado a remuneración justa y acceso a mejores oportunidades laborales. O sea, salir del informalismo cultural y entrar en el radar del empleo formal. Bien pensado, ¿no?

“Pa’ que los gestores y creadores sepan que su conocimiento vale en serio, no solo en el fogón o la tarima, sino también en los papeles que cuentan”, podría decir uno de los funcionarios con corbata.

Así que mi gente caraíbe, si usted sabe mover el cuerpo al ritmo raizal, amasar recetas con sabor ancestral o trabajar la madera o palma con arte, no dude: inscribase ya. Que esto no es chiste, es pa’ profesionalizar lo que somos. Exhibir nuestra cultura con diploma en mano es como decirle al mundo: “Aquí no solo preservamos tradición, la validamos”. Y eso, mi llave, tiene peso en la vida real.

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