Fiesta gremial pa’ la historia isleña
Este viernes 18 de julio, Cotelco San Andrés –la Asociación Hotelera y Turística de Colombia– se echó la celebración del medio siglo en grande, como quien arma parranda en familia. Llegaron delegados de todo el país, el presidente nacional José Duarte García y el presidente local, Juan Carlos Osorio Aguilar (de Solar Hoteles), pa’ reconocer a quienes han jalado la carreta del turismo formal en estas islas.
Se entregaron reconocimientos por toda la trayectoria, y la representante a la Cámara, Elizabeth Jay‑Pang, apareció con la Orden Simón Bolívar, pal’ gremio, resaltando su “importancia en el primer renglón de la economía del archipiélago”. Así, las islas se iluminaron con aplausos, música y camaradería.
Medio siglo de turismo y buen parche
Cotelco no es flor de un día: desde 1975 ha sido pilar del turismo isleño, luchando contra mareas bajas y pandemias. Este 2025 la movida empezó con presencia en Anato y remató con estos actos de “city marketing” y celebración en la isla.
El ambiente estuvo cargado de alegría raizal: canto, baile y el abrazo de la familia gremial. Entre brindis y discurso, se dejó claro que Cotelco sí es parte del ADN isleño y que sigue comprometido con un turismo sostenible, identificado con la comunidad y la Reserva Seaflower.
Mirando pa’l futuro (sin perder el sabor isleño)
Con el comité nacional, afiliados e invitados, se planean días de aprendizaje, intercambio y rumba cultural. Desde este episodio, la consigna es mantener la llama encendida: turismo responsable y competitivo, con identidad isleña.
Los asistentes degustaron comida tradicional, brindaron por otros 50 años y, entre carcajadas y anécdotas, se habló de sostenibilidad, impacto social y protección ambiental. Pa’ Cotelco, esto no solo fue fiesta: fue un reencauche al plan de trabajo en terreno.
Con esto queda claro: medio siglo no lo cumple cualquier gremio. Y Cotelco no vino solo a soplar velas, sino a reafirmar que el turismo en San Andrés y Providencia sigue siendo motor de desarrollo. Sea en Anato, en la isla o en redes, seguirán siendo la voz que recuerda que un buen turismo no se construye solo con camas, sino con raíces.
