El fútbol, como cualquier deporte de alto rendimiento, se transforma con el tiempo. Y aunque tradicionalmente se resisten a los cambios drásticos en sus reglas, la FIFA comenzó a considerar ajustes importantes para la Copa Mundial 2026, que se jugará en los Estados Unidos, México y Canadá. En un momento en que la tecnología y la precisión de arbitraje están en el centro de la discusión, el cuerpo gobernante del fútbol mundial busca mejorar el espectáculo sin cambiar la esencia del juego.
En las últimas semanas, los gerentes de la FIFA se han reunido con representantes del Comité de la Federación Internacional de Fútbol (IFAB), los organismos responsables de definir las reglas del juego. Estas reuniones discutieron nuevas disposiciones que podrían tener una fuerte influencia en las competiciones de selección, así como en las ligas locales, y la Copa Mundial 2026 es el primer escenario principal para su última aplicación.
Como se sabe en una declaración conjunta, las dos modificaciones principales que se estudiarán tienen como objetivo mejorar la justicia deportiva en situaciones específicas. La primera novedad tiene que ver con los problemas del área de penalización: si el coleccionista falla o el portero se detiene y deja una recuperación, no habrá opción para que el artista o cualquier otro jugador use ese segundo juego. En cambio, la acción se considerará completa y la pelota se convertirá en una defensa de la sirviente de cebolla. Esta medida busca evitar confusiones y favorecer la claridad en un juego tan decisivo, así como evitar que el objetivo se marque en un juego o reacción “accidental”, no con precisión.
Otro cambio sería aún más trascendente debido a su influencia durante el desarrollo del partido. VAR, hasta ahora limitado a situaciones objetivo, sanciones, mapas rojos directos y errores de identidad, podría ampliar su rango de acción. Se analiza para permitir su intervención en juegos aparentemente más pequeños, pero según los expertos, esto puede cambiar el destino del juego. Entre ellos se encuentran las grabaciones corruptas que se asignan y terminan erróneamente en la meta, así como en otras cartas amarillas, que a menudo pasan desapercibidas o no son sancionadas con el mismo rigor que el rojo directo. Con esto, nos esforzamos por dar más equilibrio a las decisiones de arbitraje y reducir el límite de errores en las acciones que, aunque pequeñas perspectivas, tienen consecuencias importantes.
Aunque los cambios aún están en la fase de análisis, la FIFA ha dejado en claro que es la intención de demostrar estas modificaciones a una edad temprana y un torneo de rango más bajo antes de llevarlos a una gran exposición de la Copa Mundial. Si se implementan, significarían una de las transformaciones más relevantes desde la llegada de VAR 2018.
La FIFA espera estos ajustes no solo para modernizar la regulación, sino también fortalecer la igualdad y la transparencia del deporte. Los próximos meses, serán clave para definir si estas reglas han entrado oficialmente en vigor y cómo recibirlas por jugadores, entrenadores y fanáticos de todo el mundo. El camino a la Copa Mundial 2026 ya ha comenzado, y es la oportunidad de recuperar el fútbol renovado.