Patrullaje nocturno con miedo y linterna
Mi broder, lo que empezó como una cruzada para proteger al cangrejo negro —ese que cruza la vía como si tuviera pico y placa invertida— se ha vuelto una película de terror para los funcionarios de Coralina. Según informó la misma entidad, algunos de sus trabajadores han sido insultados, amenazados y hasta encañados con cuchillo por parte de personas que se pasan la veda por la tapa del coco.
La cosa no es chiste. En plena temporada de protección (del 1 de abril al 31 de julio), cuando el cangrejo negro se lanza a la conquista de la tierra firme para reproducirse como buen isleño enamorado, hay gente que prefiere llenar el plato que respetar la norma. Y si alguien intenta ponerle freno, ¡saca la hoja!
La veda no es sugerencia, es obligación
Coralina, que no anda con cuentos, ya hizo el llamado a las grandes ligas: Policía, Ejército, Fuerza Aérea y hasta la Armada. Porque no es posible que un funcionario tenga que salir con chaleco antibalas pa’ vigilar un cangrejo.
La autoridad ambiental recordó que durante este periodo está terminantemente prohibido cazar, vender o comer cangrejo negro. Así usted jure que su stew no es lo mismo sin esa proteína caminadora, la ley es clara. Y más allá de eso, la protección del cangrejo es también respeto por nuestra cultura y por el equilibrio ecológico del Archipiélago.
Respetar el entorno también es ser raizal
El cangrejo negro no es solo comida típica ni decoración pa’ camiseta de turista. Es símbolo de resistencia, de migración y de vida. Y Coralina, con su equipo de valientes de linterna en mano, solo está haciendo lo que nos toca: cuidar lo que es nuestro.
Así que, mi llave, respete la veda, respete al cangrejo… y sobre todo, respete a quienes están dando la cara por la naturaleza. Porque si seguimos a punta de machete, al final ni stew ni cangrejo, ni nada. ¡Y después no diga que no le avisaron!
